DORA EL SOL
Dora el sol el agua,
en la tarde de plata lo baña,
y dos azules se disputan su color,
azul añil las aguas vespertinas,
azul celeste el techo sobre las aguas.
¡Azul cielo siempre los cielos1.
Un velero rompe las aguas
y le mueve su armonía,
que no precisa correr
para su paseo en la tarde gozar,
blanco, inquieto en su lentitud avanza,
como avanza la vida sin llamar.
Las palmeras se incrustan cantarinas
en agua y cielo,
y cimbreando su talle
danzan sobre las aguas y por entre los cielos
sus ramas onduladas
acarician cielo y mar,
en un movimiento virginal.
sus ramas onduladas
acarician cielo y mar,
en un movimiento virginal.
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