Mi abuelo Manuel y mi abuela Nati, se casaron. Y les escribió un primo desde Arizona, concretamente desde Hiden; diciéndoles que si emigraban a América y estaban dispuestos a trabajar harían dinero.
Así lo hicieron.
Mi abuelo trabajó en una fábrica de lavado de metales, allí en Hiden nació mi madre. Atendió al parto un médico que era judío y estaba allí huyendo de la Segunda Guerra Mindial, también era un borracho.
Sacó a mi madre con fórceps y destrozó a mi abuela el aparto reproductor. Tiró a mi madre encima de una mesa, la dio por muerta. Al poco mi madre se puso a llorar, le cosió el ombligo con una grapa de grapar papeles. Tiempo después mi abuela quedó embarazada y lo perdió. Era un varón. Mis abuelos tiraron para delante.
Después vivieron en Nebraska y más tarde en Cuba. En Cuba mi abuelo tenía una cafetería, en la que vendía café, helados y tabaco.
Mi abuela tenía una tintorería.
Después se vinieron para España, porque entró Batista y a mi abuelo y a mi abuela le robó en una noche todo el material de los dos comercios.
Por último vinieron a España, mis abuelos hicieron una tienda de ultramarinos en la calle Columela, 5 (al lado de la Puerta de Alcalá), tenían la vivienda arriba.
Estalló la Guerra Civil y a mi abuelo le volvieron a quitar todo lo que tenía en la mantequería.
Entre paréntesis mi abuela era una artista, estudió corte y confección, dibujo y bordado.
En la Guerra Civil mi abuelo escondía en el hueco del cierre de la mantequería a un militar de derechas jubilado que era perseguido por los rojos. No le cogieron y le daba de comer también, y eso que el Partido Comunista estaba al lado, mi madre dice que tiraban los obuses y ella se tenía que tirar al cielo.
Mi madre tenía la nacionalidad americana y española y la perdió (la americana) al casarse con mi padre. La embajada americana durante la Guerra Civil le daba una cartilla e iba a las mantequerías leonesas y le daban comida.
Mi abuelo murió muy joven del corazón a los 57 años. Mi abuela trabajó de modista, y ya de anciana la dieron un balonazo que le rompieron el esternón, el fémur y costillas. Era diabética insulinodependiente, le bajaron el azúcar en el sanatorio y la operaron pero falleció a los pocos meses, tuvo que tomar morfina en el sanatorio mandado por los médicos. Murió cuando yo tenía cinco años.
POR LAURA
Escrito muy bien elaborado. Historia bien narrada y muy interesante.
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