lunes, 11 de febrero de 2013
Retiro
COMENTARIO AL CAPITULO 3, TITULADO LA MONTAÑA
Al entrar al Retiro la escritora y Katia, ésta se ha dirigido rauda y veloz a la montaña artificial que está situada a la izquierda de la entrada de O'donell y que parece natural maravillándose de la cascada de agua que la hace atrayente y real.
La escritora recuerda que cuando Katia era pequeña se metía en el agua de la fuente de la cascada, que lo tenía prohibido. También describe la casa situada arriba de la montaña, ahora cerrada por seguridad y que los niños subían a visitar con una ilusión infantil. Debajo de la montaña artificial existía entonces un lugar para museo donde se exponían bellas cerámicas, pinturas y artesanía. La sensación al penetrar era como sumergirse en unas grutas naturales que resultaba fascinante.
La autora le cuenta una curiosidad a la perrita, sobre el espacio que era museo, donde existió un gran horno de cerámica para fabricar artesanalmente botijos, platos, cántaros, jarronfes,búceros, cazuelas y demás cacharros para servicio o adorno de las casas de los madrileños.
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