Moda

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Un desfile de moda puede llegar a costar millones de euros. En este mundo se mueven millones de euros. Desde lo que cobran las celebrities hasta la decoración más sorprendente. Es un mundo de sofisticación y glamour.

Si en el espectáculo participa una celebrity, el presupuesto puede aumentar considerablemente. Sin embargo, las celebrities no solo generan un gasto desorbitado en el momento en el que suben a escena, a veces hacen aumentar el presupuesto incluso como meros espectadores. Los diseñadores se rifan a los rostros más cotizados del año para ocupar los asientos de la primera fila.

El precio que hay que pagar es muy alto. Hasta ahora el récord de las celebrities que más se ha embolsado como asistente a un desfile lo tiene Rihanna. La cantante llegó a cobrar 75.000 euros por asistir al desfile de una conocida firma francesa.

En lo que a facturación se refiere la siguen Jennifer López, Beyoncé y las hermanas Olsen que no bajan su caché de los 45.000 euros.

Las miradas se centran en las últimas tendencias y en las increíbles puestas en escena con que las firmas de moda presentan sus colecciones.

Un desfile suele durar quince minutos. Hasta un total de 2.000 asistentes entre clientes, miembros de la prensa y celebrities se reunen para ver y ser vistos, en un espacio cuyo alquiler en la Semana de la Moda de Nueva York puede rondar entre los 9.000  y 38.000 euros.

A los rostros mas conocidos se suma el boom que han generado loas blogueras de moda. Las mas afortunadas no solo reciben dinero por posar con la ropa de la firma (alrededor de 1.500 euros) sino que también lo hacen por asistir a sus desfiles (unos 10.000 euros)

El desfile mas costoso del mundo, el Victoria's Secret se celebró con un presupuesto de 200.000 euros, una cantidad que hoy es 50 veces mayor.

Los quince minutos que suele durar un desfile resultan de los mas rentables para una firma de moda, que ve cómo durante el corto período de tiempo se convierte en el centro de atracción de los medios de comunicación, provocando que los nombres de los diseñadores estén en boca incluso de los que no están interesados en moda.