lunes, 1 de junio de 2015

Poesía



CELOS DE LOS ARBOLES

Hoy sentí  celos de los árboles
de sus cúpulas verdes
lamiendo suaves el azul celeste,
de los cielos que caprichosos 
accedían a sus caricias
y  de los pájaros, que, risueños
trinaban en mis oídos
entonando sus canciones amorosas.

Envidié las florecillas silvestres
que bailarinas, danzaban
junto a sus hierbas, discretas,
alfombrándose a sus pies,
revistiendo de hermosura el suelo.

Sí, sentí celos del tenue aire
que danzando sobre mi,
modulaba a su gusto mis cabellos,
de la la placidez de la tarde,

de la semblanza de las nubes
moteando leves, desmelenadas al cielo
y en su adorno, arrobar,
en embeleso las almas.
Celé de la superioridad del sol,
de su paz  y hermosura
de su equilibrio y tenacidad
de su irse discreto 
de su desaparecer sin enfrentamientos,
humillándose ante la visita de la luna
sin luchas ni recelos

Tuve celos de su oración constante 
ausente de sufrimientos y llantos.

Y sumergida en todo ello.
Arropada por la naturaleza,
quise dejar de ser yo,
sentirme en la nada,
elevar mi oración sin lágrimas,
mi amor, como ellos: Sin llanto.

¿ Por qué, por qué tanto dolor?
¿Cuando cesará la incomprensión,
la discordia, la amargura y el error?
¿Por qué no introducirnos en tu Nube,
en tu única Nube de Amor
y la oración deja de ser llanto del corazón
para volar sólo en tu alborada,
inmersa en tu color?


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